Tribuna

Pedro Aranda

Cuestión de educación

EN la última década, la población andaluza ha olvidado la importancia de mantener hábitos de vida saludables tan simples como seguir una dieta mediterránea o practicar ejercicio físico de forma regular. Esto ha contribuido a situar a Andalucía entre las regiones españolas con mayor índice de mortalidad por causa de las enfermedades cardiovasculares. La hipertensión arterial es uno de los principales factores de riesgo de este grupo de patologías. Nuestra región cuenta ya con cerca de dos millones de hipertensos y, siempre que no se tomen las medidas de prevención y control adecuadas, prevemos que esta cifra vaya en aumento.

Mañana, 10 de octubre, la Sociedad Española de Hipertensión-Liga Española para la Lucha contra la Hipertensión Arterial celebra el Día Nacional de la Hipertensión, cuyo objetivo es concienciar a la población de la importancia de tomar medidas de prevención tanto primaria, es decir, antes de que aparezcan los primeros síntomas de enfermedad, como secundaria en una patología que cada año se cobra la vida de 40.000 personas en España. Como punto de partida, es necesario contar con la colaboración de todos quienes estamos implicados en el control de la hipertensión: pacientes, profesionales sanitarios, industria, medios de comunicación, educadores para la salud, planificadores sanitarios y autoridades sanitarias. En nuestras manos está trasladar a la sociedad que simples acciones como, por ejemplo, el cambio de los hábitos dietéticos, la práctica habitual de actividad física y tomar la medicación antihipertensiva indicada por su médico son suficientes para conseguir controlar las cifras de presión arterial por debajo de 140/90mmHg, tal y como recomienda la Organización Mundial de la Salud, y, en consecuencia, la prevalencia de las enfermedades cardiovasculares.

La falta de control de la hipertensión nace, entre otras razones, de la escasa educación sanitaria de la población. Prueba de ello es que, en estos momentos y a pesar de las importantes repercusiones de la hipertensión arterial, sólo cerca de un 30 por ciento de estos pacientes están bien controlados.

Pero la educación sanitaria no sólo debe dirigirse a las personas adultas, sino también a los niños y adolescentes con el objeto de prevenir la obesidad y fomentar la actividad deportiva en ambos grupos. No en vano la falta de ejercicio físico en la rutina de nuestros jóvenes y niños de hoy hace prever a los especialistas que uno de cada 5 jóvenes españoles, en función de su forma física, sufrirá un evento cardiovascular en la edad adulta. Ello prueba que el control de las enfermedades cardiovasculares es cuestión de educación desde la infancia.

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