Y a usted, ¿le atienden?

Pedro Caballero-Infante / Caballeroinf@ Hotmail.com

Daño colateral

EL tema de los genéricos sigue levantando controversias que no en todos los casos están guiadas por sentimientos filantrópicos.

Desde el boom del ciclamato, allá por los años sesenta del pasado siglo y su consecuente lucha científico-mediática, hasta la actualidad a cuenta de este asunto ha corrido mucha tinta y, cuando no, también ha corrido mucha sangre empresarial.

Al boticario, en su lucha diaria por haber mantenencia y tener contentos a sus pacientes y usuarios, estas estrategias se le escapan de las manos pero lo que no le resbala, y sí atrapa, es que estas luchas intestinas, como de hecho está ocurriendo, lo conviertan en un daño colateral.

Pensando en esto ha recordado algo que le pasó hace unos meses cuando tras una pertinaz insistencia por parte de una invidente, persona ya mayor, a la que una mínima anemia circunstancial, reflejada en unos análisis que le enseñó al boticario, le hacía pedir a éste unas vitaminas que, al parecer, el médico del Seguro se negaba a prescribirle.

-Mié usté que no é por el dinero, que yo, grasia a Dió, desde que estoy en la ONSE, no me farta de.

Como el boticario había comprobado, por los datos analíticos en los que sólo aparecía el hemograma, que la leve anemia tenía un origen ferropénico le dio unas ampollas bebibles para que, por su sabor dulce y a demanda de la ciega, le fuese más fácil tragar la medicación.

Pasaron los días y la señora se volvió a presentar delante del boticario para hacerle una reclamación con muy malos modos.

-Vengó insurtáusté… Me ha dicho er médico que: ¡cómo se la ocurrío mandarme usté estas ampolla, que tién asuca, cuando soy diabética! ¡Dise don Antonio que me ha podío usté matá!

Por supuesto el contenido azucarado se refería al excipiente de sacarosa del medicamento, no a su composición primaria.

Don José recuerda este desagradable encuentro al recibir en su oficina de farmacia una circular donde se le indica que la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios exige que los medicamentos especifiquen la presencia de sustancias que puedan causar alergias o intolerancias.

El contenido de este escrito refleja subliminalmente la diatriba entre la marca registrada y el genérico en cuanto al excipiente.

Bien está que haya de saberse si un excipiente lleva almidón o gluten para diabéticos o pacientes con intolerancia.

Asimismo puede tener relevancia, aunque menos en cuanto a peligrosidad vital, la presencia de látex, ciertos aceites o incluso el etanol en el caso de especial sensibilidad a las reacciones alérgicas.

Pero a don José le irrita especialmente el desmadre publicitario, a veces por razones espurias, que perturba a la gente y por ende a él.

-El otro día, me habéi dao un agua asú echarla en er bidé y me se han irritao los bajo.

-¿Y eso?

-Me ha dicho mi Dolore que ha sío po el arcó que lleva.

-Ese alcohol que contiene no debe producir irritación.

- entonse me se habrán emborrachao.

GLOSARIO:

Agua asú: Lindemil.

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