EL juez decano de Córdoba, Luis Rabasa, ha amenazado con reducir a la mitad los juicios para que la administración de Justicia "reviente en dos años". Otro decano, el de Granada, Antonio Moreno, ha reducido el plazo del estallido: un año. Supongo que el plazo dependerá de la calidad del explosivo.

Me llama la atención el verbo elegido para describir la saturación de los juzgados, reventar, y las violentas y surrealistas imágenes que inspira: los expedientes convertidos en barrenos, y los jueces en jefes de detonación. El otro día, en la televisión, vi una manifestación de prejubilados de una factoría de automóviles que avanzaban melancólicos por la calle coreando sin mucha convicción un pareado explosivo que no oía desde los tiempos de la Transición: "La próxima visita, será con dinamita". ¡Vivimos tiempos favorables para los dinamiteros!

No es propio de los funcionarios de un poder del Estado amenazar con reventar la Justicia. Es grave. Hay en las bravatas de los dos decanos, a partes iguales, razón, demagogia, corporativismo e intencionalidad política. Creo que se equivocan al utilizar un lenguaje y unos modos más propios del cierto matonismo sindical trasnochado que de los sustentadores de un poder del Estado. Queriendo intimidar al Gobierno están amenazando a los usuario de la Justicia.