ME gusta la broma que se traen los de La 1 y la Sexta con Rodolfo Chikilicuatre, y todo el lustre que se está sacando de él. No sólo no me molesta, sino que me parece un guiño cómplice muy agradecido, y sobre el que algunos de esos doctores que tiene la iglesia mediática tendrán que escribir tesis doctorales. Incluyendo comparaciones entre las entrevistas que ahora se hacen a Rodolfo y las que se realizarán después al actor David Fernández. Me parece muy bien que Lorena Berdún lo citara en Balas de plata, y que mayo se convierta en apoteosis del chikilicuatrismo. Lo que me llama la atención es que algunos se echen las manos a la cabeza por este tema y no digan ni mú acerca de otros disparates. Comparto desayuno del viernes en el Festival de Cine de Málaga con el equipo del programa Cartelera, de La 2. Lo que no tendría nada de particular de no ser porque este sábado no se emite el programa. Cosas de la Copa Davis. Este fin de semana se estrenan tres películas españolas. Que desde luego, no podrán ser promocionadas en el programa. Pero la cosa no acaba ahí. Estamos en temporada de motos. De aquí al 31 de mayo Cartelera comparecerá, en el mejor de los casos, tres sábados. Coincidiendo con el Telediario de David Cantero y María Casado.

TVE ha dilapidado el esfuerzo que durante quince años había realizado su equipo. Espantando a su audiencia. Desconcertándola. Días de cine continúa siendo visto por menos de cien mil espectadores. Este jueves, con la muerte de Heston y el soberbio reportaje malagueño sólo lo vieron 90.000 seguidores. Lo malo no son las cifras, que lo son, sino la indiferencia y el encogimiento de hombros que suscitan. A nadie parece importarles que esto sea así. Como que bastantes bibliotecas públicas cierren los sábados por falta de personal. Y prefieren hablar del Chikilicuatre.