SERÁ como un paseo para la nostalgia y ya se sabe que la nostalgia lleva en su valija una sobredosis de melancolía y una considerable carga de tristeza. A mediodía en las Salesas recordaremos a maestros, compañeros y amigos a pesar de haber sido compañeros con todo lo que ello conlleva de pelillerías, casi siempre a causa de competencias a veces mal entendidas y peor interpretadas. Revolotearán por los arcanos de nuestra memoria muchos nombres entrañables que ya no están entre nosotros, y será la primera celebración del Patrón de este gremio nuestro en que no estará entre nosotros uno de los que compatibilizaban esa complicada dualidad de ser compañero y amigo a la vez. Dolerá su ausencia en la celebración religiosa de las Salesas y no compartiremos charla en la laica del Alfonso. Es San Francisco de Sales por todo el día y yo echaré mucho de menos a Manolo Ramírez, ¿qué quiere que le diga?
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