DOMINGO luminoso y sin los fríos que venimos soportando en el invierno más invernal que se recuerda. Mañana de domingo por el río y una barbaridad de gente en ese mercadillo en que lo mismo te venden un transistor que una camisa, un puñado de calcetines que un grifo en buen estado. De todo en el Charco de la Pava, oferta de los artículos más variopintos, desde los de primera necesidad a los innecesarios que, quizás, sean los más demandados. Mucha gente para un mercadeo más o menos activo, suena la música y también las voces que pregonan las mercancías mientras el personal se mantiene ajeno al drama que se desarrolla justo al lado, en ese río que se tragó el cuerpo de una niña de Sevilla. Contrastes de esta vida nuestra, cara y cruz, cuánta cara y qué cruz en esta mañana de domingo en que conviven el dolor más lacerante y el bullicio de un mercadeo más lúdico que imprescindible.