ÚLTIMO domingo de abril, Nuestra Señora de Montserrat por todo el día, y San Lorenzo se levanta ilusionado por ver al Señor en la calle. Túnica lisa, sobre andas y no necesariamente por el camino más corto, el Señor del Gran Poder, con la compañía de sus hermanos más antiguos, con las Bodas de Plata cumplidas en su inmensa mayoría, se va de casa a pasar una temporada con las franciscanas capuchinas de Santa Rosalía. El corazón de Sevilla latirá con fuerza en este domingo pascual acompañando al Señor por Conde de Barajas en un rodeo sentimental para entrar por Gavidia a Cardenal Spínola hasta ubicarse bajo los retablos con que el portugués Cayetano da Costa hermoseó el convento de Santa Rosalía. Será un domingo a tener muy en cuenta, una de esas propinas inopinadas que las cofradías nos reservan a sus partidarios. Y si esa cofradía es la del Señor de Sevilla, ¿algo que objetar?
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