INFAUSTA jornada dominical para el fútbol según Sevilla. Importante paso atrás de ambos en una tarde que puede tener mucho peso a la hora de las cuentas definitivas. Por orden cronológico, batacazo del Sevilla en Getafe, un rodeo, por cierto, que no suele dársele bien y en el que ha recibido alguna goleada sonrojante y en el que hubo una vez, mayo de 2005, en que tiró por la borda una gran temporada que se llevó por delante muchas cosas.

Iba con muchos remiendos en la alineación el equipo de Unai y en muy breve espacio de tiempo hubo de hacer un remiendo más para que el sustituto de Mbia complicase la tarde con un penalti de defensa atolondrado. Una tarde que iba a espesarse en progresión geométrica y que iba a agravarse con el solvente triunfo del Valencia en Cornellà. Ahora son tres los aspirantes a esa atractiva cuarta plaza, con Valencia arriba y el Villarreal un punto abajo, un punto tan sólo.

Y cuando todo había finalizado en Getafe, al Betis se le apagó la luz a través de una segunda parte abominable. Creí in situ que la tarugada de suplir a Molina con ese fiasco llamado N'Diaye estuvo motivada por la lesión de Ceballos y que era éste el que iba a ser suplido. El utrerano se recuperó como por ensalmo y pensé que Mel prefería no desairar al senegalés. No era así, pues el técnico se autoinculpó en una explicación que ni entendí ni jamás entenderé.

Honra a Mel que descargara las culpas en su persona. Esos coros de "Mel, Mel, Pepe Mel" le permiten la autoinmolación sin que sufra desgaste alguno, pero ojalá cuando lleguemos a las primeras calores no se echen de menos esos dos puntos tirados a la cuneta ante una Ponferradina que se ha convertido en bestia negra de un Betis que no puede permitirse dislates como ése. Domingo negro para el fútbol según Sevilla y esperemos que no sean tan negras las consecuencias.