AUNQUE pueda parecer una parida triunfalista de la hagiografía más sectaria, creo que para el Sevilla hoy empieza el futuro. Es en una cita de brillo donde va a producirse, creo, el punto de inflexión para una vida mejor. Y creo que puede producirse incluso si esta noche en el corazón de la Wetsfalia no se produce el resultado que se desea. Nadie sabe qué va a pasar esta noche en el magnífico Westfalenstadion, hoy Signal Iduna Park por razones prosaicamente comerciales. Y será ante un fuerte rival, pero particularmente creo que ese futuro que empieza a escribirse esta noche va a ser mejor que el presente.

Por lo pronto, al cornetín de Gregorio Manzano han acudido muchos que andaban en stand by. Pesos pesados que no terminaban de ponerse bien han acudido como del rayo a la llamada del nuevo jefe y eso da una idea de que el grupo se reagrupa y de que todos quieren aportar lo que sea para un futuro más acorde con lo que significa el Sevilla de la hora. Es ley del fútbol que los malos resultados sean el principal motivo para llenar la enfermería y que con el cambio en el puente de mando se ayude a despoblarla de forma tan mosqueante como automática. De ahí que Manzano no haya tenido el menor problema para llevarse a Alemania a más de los que necesita.

Complicaciones en esta competición apartes por la derrota ante el PSG, esta cita de Dortmund debería ser el primer basamento para el nuevo edificio. Ha dicho Monchi que no hay que hablar de nuevo edificio porque del que había quedan bastantes pisos. Es cierto, pero con esos pisos no se vivía como es debido y resta aglutinarlos para que el edificio no se desplome. Ganar esta noche sería fundamental para no despedirse de la ex Copa de la UEFA antes de lo debido y creo que ese triunfo es ahora más probable que en ese ayer donde el Sevilla vivaqueó sin rumbo. Pienso que el futuro se comienza a escribir en Dortmund y que será pase lo que pase allí.