CUANDO este viernes remate julio en tablas, otro desgarro va a producirse en la crónica sentimental de Triana, de Sevilla. El trauma es sólo a primera sangre, ya que se trata de un traslado y no de una muerte, que sería una más de tantas y tantas como se producen en el alma de la ciudad. Se trata sólo de una mudanza, la de la ensolerada Peña Trianera, esa asociación fundada en plena República donde el local que ocupaba la Unión Patriótica. Esta peña era el crisol donde se reunía una Triana tan profunda como tradicional, lugar de encuentro de señores de toda laya, de toreros de postín y flamencos de tronío. La peña, a sus ochentaitrés años de vida, se muda a un local frente a La O, por lo que los duelos a esa distancia son menos. En el recuerdo, los cabreos del entrañable Juan García, el mozoespá de Manolo Cortés, cuando Curro le ahorcaba el seis doble...
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