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Editorial: Recortar gastos y subir impuestos

La campaña electoral que llevó al triunfo al Partido Popular se basó en la idea de que la austeridad en el gasto sería suficiente para cumplir los objetivos de control del déficit público. Rajoy reiteró expresamente que no contemplaba en su programa ninguna subida de impuestos.

Han bastado unos días al frente del Gobierno para asumir la realidad: las dos cosas son necesarias. Y perentorias, puesto que el Consejo de Ministros de ayer ya aprobó un conjunto de medidas en ambas direcciones.

Hay que decir que las iniciativas adoptadas van en la buena dirección y son más contundentes de lo previsto. Del lado de la reducción del gasto se confirmó la congelación salarial a los funcionarios y que la subida de las pensiones en torno al 1% significa también cierto sacrificio para los jubilados, ya que no alcanza al aumento del IPC durante el ejercicio que acaba. También se bloquea el ingreso de nuevos beneficiarios de la Ley de Dependencia y de las ayudas a jóvenes para el alquiler de vivienda. Por el contrario, se prorroga la prestación de los 400 euros a los parados sin subsidio de desempleo.

La gran novedad se ha producido en el capítulo de los ingresos. La fórmula no es otra que el aumento de impuestos, especialmente los de las rentas salariales en sus tramos medio y alto y el IBI a las viviendas por encima de la media, así como la eliminación de las subvenciones al gasóleo de transportistas y taxistas. Como compensación, se mantiene el IVA superreducido en la compra de vivienda y se prorroga la deducción fiscal en la adquisición, dos guiños a la reactivación del sector inmobiliario que cuestionan numerosos expertos.

Utilizando los mismos criterios expuestos por los portavoces económicos del PP, hay que subrayar que el ahorro derivado de estas medidas de austeridad y subida de impuestos está aún lejos de lo previsto como imprescindible, sobre todo teniendo en cuenta que el déficit público superará en dos puntos al comprometido por el Gobierno saliente. Las medidas son firmes y enérgicas, pero tal vez resulten aún insuficientes.

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