TIRAR de refranero ayuda en muy buena medida a comprender las cosas y no cabe la menor duda de que la cruda realidad del Betis se palia con el viejo dicho de que los duelos con pan son menos, son indiscutiblemente más llevaderos con el estómago lleno. No quiere decir esto que el estómago del Betis esté para tirar cohetes, pero sí resulta inobjetable que esta tacada de victorias ayuda considerablemente a soportar el sofocón que significa para el bético el día a día de su club. O sea que resulta indiscutible que los éxitos del equipo en la cancha están ejerciendo de lenitivo para la tragedia en que han convertido la vida del club.

Y hoy toca colisionar con un igual, con un Elche que también ha ido al copo de puntos, pero que viene de tropezar a favor de querencia en la Copa. A la larga es posible que se dé por bueno en Altabix dejarse de distracciones coperas, pero no es menos cierto que nunca garantizó el éxito liguero despreciar la Copa del Rey. Y ahí tenemos el ejemplo de Mel, que fue a Granada edulcorando el compromiso para dejarse de milongas cuando el rival se puso en clara ventaja y echar mano de lo mejor que tiene. Luego, los abrazos eufóricos tras decantar a favor la tanda de penaltis dejaron claro que una cosa es despotricar de la Copa y otra bien distinta querer quedarse fuera.

Ahora se abre un mes largo de abstención copera y mejor estar dentro que fuera. Toca Liga esta tarde junto al palmeral ilicitano y puede ser este choque una especie de prueba del nueve para calibrar el auténtico potencial de la tropa que dirige Mel. No por mucho madrugar amanece más temprano, de nuevo apelamos al refranero, pero debe el Betis apuntalar su candidatura más pronto que tarde, que en Segunda se vive muy mal y bueno será también que el equipo continúe siendo el clavo donde el bético se agarre para no caerse de bruces por lo que depara el club. Como diría un clásico, duelo de gallitos y que sea el Betis quien más fuerte cacaree.