Previsión El tiempo en Sevilla para este Viernes Santo

Desde mi córner

Luis Carlos Peris

Emana, callado está más guapo

El camerunés se ha dado trazas una vez más en romper un tiempo que parecía haber derivado a la bonanza

GRACIAS a sus incontestables números, el Betis puede dormir esta noche en puesto de ascenso. Es una situación buena que desearía cualquiera, pero está claro que los que vivaquean en el nido verde, blanco y verde no suelen poner de su parte para que amanezca de una puñetera vez un tiempo largo de bonanza. Por supuesto que me refiero a una bonanza deportiva, que la institucional se antoja imposible mientras no cambie el cuadro de mandos. La semana podría redondearse con nueve puntos y así las cosas se ven de otra manera mejor, pero en seguida salta un inquilino y desde dentro provoca una regresión.

Emana ha vuelto a demostrar que calladito está más guapo y aprovechando su buen partido del miércoles ha desempolvado agravios que no vienen a cuento. Agravios que suenan como a escupitajo al cielo o como tirar piedras al tejado propio, ya que con sus denuncias tilda de racistas a los auténticamente interesados en que haga las cosas bien, los béticos. Y no es justo que, con la que está cayendo, al bético se le señale desde dentro de su propia casa, pues bien debiera saber Emana que si fue insultado en el trabajo no sería por el color de su piel, sino por otra cuestión que más debe estar en consonancia con su absentismo y su rendimiento, ciertamente irregular.

En un momento como éste, cuando todo discurre mejor en el campo de juego, resulta inoportuno que Emana desempolve cuestiones desagradables. Por lo visto, en el Betis resulta imposible un tiempo de tranquilidad y cuando los astros se juntan para dictaminar que hoy podría el Betis dormir en tierra de promisión, uno de sus futbolistas aprovecha la bonanza para echarle mierda a su clientela y hacer de caballero andante respecto a Pavone. Decididamente hay futbolistas que sólo sirven para jugar al fútbol y Emana es uno de esos ejemplos, con la particularidad de que a veces, muchas veces, ni siquiera le sale a derechas eso de jugar al fútbol.

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