EL parte geopolítico anuncia un pronóstico mucho peor que el meteorológico. Conflicto bélico en Oriente Próximo, sofisticado y sin invasiones de por medio, con Irán e Israel a la greña para disputarse la hegemonía de las armas atómicas en la región. Una guerra con riesgos nucleares, en la que se utilizarán ramificaciones terroristas por más naciones. Por el momento, estamos en fase de bloqueo económico contra el tiránico régimen de los ayatolás, y Obama implorando a Netanyahu que no perpetre ninguna barbaridad... al menos este año, que hay elecciones presidenciales en EEUU.

Este pulso, con toda la gradación posible en una escalada de tensión prebélica, como el temido bloqueo del Estrecho de Ormuz por parte de Irán, por el que pasa el 35% del tráfico marítimo mundial de petróleo, y sus múltiples repercusiones en la economía internacional, debería pesar desde el minuto 1 del Gobierno Rajoy en su toma de decisiones. Sobre todo en materia energética. Buena parte de los males que padecemos son por no anticiparnos a problemas que iban a dar la cara. Por ejemplo, quedarnos, si se bloquea Ormuz, sin el 13% de las importaciones españolas de gas, que proceden de Qatar.

En Sevilla se está más a favor de las energías renovables que en otros mentideros nacionales. Somos cantera de tecnología que se exporta, y territorio de inversiones. Por eso se celebró ayer en la EOI un encuentro de pymes andaluzas del sector de renovables que están internacionalizando su actividad. Uno de los pocos que puede hacer de locomotora para sacar a la sociedad sevillana del 30% de paro. Y en el mix energético, ha de garantizar la independencia de España respecto a la importación de hidrocarburos.

El candidato Javier Arenas ha de recordar que el sol es la principal materia prima de Andalucía. Porque hasta ahora, el Gobierno Rajoy se está decantando por los postulados de las compañías eléctricas tradicionales y de las gasistas. Y el sol no es de derechas ni de izquierdas.