TODO al revés, los pajaritos contra las escopetas en una tesitura que nos hubiera resultado incomprensible hace dos telediarios. Nos ha caído una plaga inimaginable que cada día, o cada hora, nos envía una andanada de sectarismo caprichoso con la prohibición como común denominador, como eje conductor de una filosofía que llegó con la tolerancia por bandera y que no era más aquello del lobo que se enharinaba la patita para, mediante incursión por debajo de la puerta, confiar a sus víctimas. Pero ya no pega la artimaña, ya van a cara descubierta y a la misma vez que el mandarinato confirma que, tras la vuelta del socialismo a la Alcaldía, ya no hay que bloquear más a Sevilla, una concejala de Alicante se remanga y propone bombardear las plazas de toros mientras los taurinos repelen las agresiones desmonterándose en Pamplona. Vivir para ver... y llorar.
Comentar
0 Comentarios
Más comentarios