AUTENTICIDAD sin discusión posible. Aunque la autenticidad en el toreo sea un hecho indiscutible aunque no se riegue el ruedo con sangre del torero, lo del viernes en Las Ventas fue tremendo. Parece como si las gestas de José Tomás hubiesen hecho metástasis, como si en el toreo se estuviesen reviviendo hechos de cuando la época más cruda del toreo. Lo de Miguel Ángel Perera en Madrid ha sido para que el toreo cobre aún más grandeza de la que lleva en su equipaje. Meterse en la enfermería para recomponer un testículo, algo que duele sólo con imaginárselo, salir para quedarse tan quieto como antes, quitarse de encima a estocada por barba lo que le iban echando y permanecer en la plaza con el muslo roto fue tremendo. No sé, pero me da la impresión de que el suceso que ha supuesto la vuelta de un hierático como José Tomás ha creado prosélitos y que este Perera es el primero de dicha fila.