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DERBI Joaquín lo apuesta todo al verde en el derbi

Apriori una serie sobre los Borgia con Jeremy Irons como el maquiavélico papa español y dirigida y creada por el irlandés Neil Jordan debería resultar atractiva para la vista. Y más si la cadena de pago Showtime se ha empeñado en gastarse el dinero para grabar con calidad y fidelidad histórica sus nuevos Tudor. Pero no. Los Borgia resulta un gran ejemplo para analizar los factores que diferencian al cine de la televisión y por qué esta última ofrece posibilidades narrativas más profundas y variadas. Especialmente porque Jordan se ha empeñado en hacer lo que no se debe hacer, convertir el capítulo doble de presentación de la serie en una película, matando las ventajas que ofrecen los pilotos de presentación de los personajes, abarcando mucho, demasiado, y apretando poco o nada.

En hora y media de larguísimo, insoportable episodio, el cineasta se despacha la elección y coronación de Alejandro VI con demasiada rapidez, apenas se molesta en presentarnos a esta familia de valencianos instalados en la Roma de finales del siglo XV porque da por conocida su por otra parte trillada historia, y nos mete además en varias conspiraciones, amantes y tensiones familiares. A fuerza de incluir tantas cosas, mal ejecutadas, en la trama, Jordan, que también escribe este episodio de arranque, nos deja empachados pero insatisfechos. Desde luego sin ganas de ver el siguiente capítulo de esta serie con tan poca alma, como el corrupto papa de origen levantino.

La otra gran desgracia para 'Los Borgias', que habría sido un producto digno hace unos años y no tiene demasiado que envidiar a los sobrevalorados The Tudors, es que se ha estrenado en pleno reino dorado de la televisión, y además el mismo día en que debutó, con otro capítulo doble de hora y media, la extraordinaria The Killing, de la sacrosanta AMC. En ese caso se nos hizo muy corto. Y este domingo llega Juego de tronos, la saga fantástica con la que la HBO, tras una intensísima y larga promoción, espera dar un puñetazo en la mesa. Con Los Borgias, Showtime se acerca a la flojita Starz, responsable de subproductos históricos como Camelot y Spartacus, y se aleja definitivamente de sus rivales de pago. Dexter no se merecía esto.

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