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PASA LA VIDA

Juan Luis Pavón

Estética no significa falta de ética

RECOMIENDO al Departamento de Estética e Historia de la Filosofía de la Universidad Hispalense que se haga notar para que en Sevilla no se use el nombre de la Estética en vano. Ni siquiera en una ciudad tan peripuesta y fatua se le pueden achacar a la estética las cualidades de la hipocresía y los visos del enchufismo. La estética no tiene culpa de la mediocridad rampante en la configuración interna de los partidos políticos. La estética no ha contratado a los coordinadores de los talleres que se imparten en los distritos. Por eso, señor alcalde, llamemos a las cosas por su nombre. Los contratos a militantes muy significados en el impulso del partido a pie de calle no son "poco estéticos". Son una falta de ética.

Hablamos de un descaro de pequeña cuantía y no de Mercasevilla, Gürtel, los ERE o Palma Arena. Pero hay que prevenirlo y zanjarlo con la misma transparencia y firmeza democrática que si nos refiriéramos a Luis Roldán o a Jesús Gil. Sea en un área comandada por un concejal del PP (Beltrán Pérez), o por uno del PSOE (José Antonio García) o por uno de IU (Lolo Silva). No hay ética de primera y ética de segunda. Es única e indisivible. Las grandes corrupciones tienen su coartada en las pequeñas corruptelas. Todos los ciudadanos tienen derecho a la igualdad de oportunidades para aspirar a un contrato. Salvo las excepciones por incompatibilidades o por nepotismo, como es el caso.

Después de que Zoido, Torrijos y los herederos de Monteseirín se desahoguen echándose en cara el enchufismo que todos han practicado y tolerado, hay que urgir a los munícipes para establecer un método inequívoco y duradero, gobierne quien gobierne, para este y otros procedimientos de contratación. En el 2012 no podemos andar aún despreciando la meritocracia hasta para coordinar talleres de yoga, internet o corte y confección.

No se queden sólo en la hojarasca. Auditemos este asunto con los mismos criterios que se aplican a la poda de los excesos en los altos cargos en la Administración. ¿De verdad se creen ustedes que hacen falta tantos coordinadores para una actividad que realmente imparten los monitores, que no se realiza todos los meses del año y cuya gestión se apoya en los funcionarios de cada junta de distrito? ¿No será que los partidos inflan el número de coordinadores para disponer de esa baza y contentar a su red clientelar en cada barrio? En el Ayuntamiento hay funcionarios sin función en algunos departamentos. Sean destinados a esa tarea, en la prometida descentralización hacia los distritos, y ahórrense todos los contratos de coordinadores privados. Den ejemplo de austeridad.

Zoido acierta al rectificar y descabalgar a sus compañeros de partido. Confiemos en que mantenga la misma línea después de las elecciones autonómicas. Por ética, no por estética.

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