Alto y claro

José Antonio Carrizosa

jacarrizosa@grupojoly.com

Fuego amigo

La pelea interna en el PP de Sevilla y los intentos de desestabilización restan opciones a Beltrán Pérez

Hace muy pocos meses Cristina Cifuentes era la única opción que tenía un PP a la deriva de mantener el poder en Madrid, de regenerar la imagen de un partido muy dañado por la corrupción e incluso de jugar un papel destacado en una eventual sucesión de Mariano Rajoy. Tras los desastrosos resultados obtenidos en Cataluña y el empuje de Ciudadanos en todas las encuestas, Madrid, de por sí ya decisivo para el PP, adquiría una importancia trascendental. Hoy Cifuentes está fulminada, los planes de Rajoy para Madrid no se saben cuáles son porque seguramente ni los tiene y nadie da un duro por que el PP pueda seguir gobernando en esa comunidad autónoma tras las elecciones del año que viene. La culpa ha sido sobre todo de la propia Cifuentes, que gestionó peor que mal lo de su falso máster y que tenía aspectos vergonzantes de su pasado que en cualquier momento le iban a pasar factura. Pero si no hubiera sido lo de la universidad y lo de los botes de crema, seguramente habría sido otra cosa. Porque la presidenta madrileña ha caído víctima del fuego amigo, del activado desde su propio partido dentro de las pugnas internas, que en esa comunidad autónoma tienen un aire mafioso que deja en pañales lo que cuentan las crónicas de finales del siglo XX de la política calabresa o siciliana.

Aunque a otra escala y con otros procedimientos, también en Sevilla el PP se desangra en peleas internas mientras el partido va dando tumbos como un pollo sin cabeza. En un congreso a cara de perro, los partidarios de Javier Arenas y los de Juan Ignacio Zoido midieron sus fuerzas. Se impusieron por un estrecho margen los que estaban apoyados por Arenas. Los de Zoido no aceptaron nunca ese resultado y desde entonces mantienen una intensa campaña para desestabilizar al candidato a la Alcaldía, Beltrán Pérez. No hay semana sin nuevos episodios de esta singular batalla. La consecuencia es que en el Ayuntamiento de Sevilla sigue sin haber una oposición digna de ese nombre y que se le deja al gobierno municipal de Juan Espadas un amplísimo margen de maniobra. Si Beltrán Pérez es de verdad la opción que el PP ha visto en Sevilla para recuperar una Alcaldía que es clave para el futuro regional de su partido, lo cierto es que las zancadillas desde sus propias filas no están haciendo otra cosa que mermar las opciones electorales populares.

Todo esto pasa además ante la inoperancia y el silencio de una dirección regional que parece cada día más ausente y más conformada con jugar un papel de segundón en la política andaluza. En esta crisis, que no sale gratis al PP, Juanma Moreno ni está ni se le espera. Mientras, el fuego amigo sigue haciendo destrozos.

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