QUIEN le da sitio a sus antecesores se engrandece a sí mismo y la Asociación de la Prensa sevillana ha tenido a bien pegarle el pase de la firma a su centenario con esa muestra de generosidad. Generosidad que se da la mano con el gesto altruista de un puñado de grandes periodistas de hogaño que han sabido escarbar para dar a luz cuestiones de antaño. Reconozco que no me guía la imparcialidad, pues soy uno de esos descendientes que la otra noche en Cruzcampo tuvo el honor de componer un retrato de familia como recordatorio de una galería de perpetuos que van desde pioneros como Fernán Caballero y Blanco White a algún coetáneo muerto en plena creatividad como aquel magnífico Manuel Ferrand. Se están rematando las fastos centenariales de la Asociación de la Prensa y se está haciendo con brillo más, lo mejor de todo, generosidad y altruismo a la par.
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