GLORIA daba por calle Castilla escuchar antaño a la banda tocar sevillanas tras la carreta del Simpecado. Sevillanas o pasodobles, que hay que ver cómo sonaba Suspiros de España, Giralda o Pepita Creus cuando el cortejo acababa de recibir el homenaje de la Hermandad de la O y enfilaba el Altozano por San Jorge como el que enfila un suave Tourmalet de gozo por el confirmado regreso a casa. Allí estaba toda Triana recibiendo a sus carretas, a esos rocieros que hacen todo el Rocío, incluso a los engominados que se incorporan en Castilleja para lucirse por el barrio. Antier noche no sonaron sevillanas camino del Altozano en los metales de Aviación; antier noche, con menos gente que nunca, lo que sonaba por una calle Castilla engalanada igual que siempre, lo que sonaba era ese monumento a la chabacanería que es Paquito el Chocolatero. Y hay que ver cómo rechina en Triana Paquito el Chocolatero...
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