La ciudad y los días

Carlos Colón

Hacer bien lo bueno

COMO una Escarlata O'Hara en versión Repórter Tribulete (¡qué olvidado su creador, el gran Guillermo Cifré de Pulgarcito, DDT y Tiovivo!), a las hemerotecas pongo por testigo de que llevo dos décadas escribiendo que la bicicleta es un medio de transporte ecológico, silencioso y sano; que las ciudades cultas promocionan el transporte público y restringen el privado, declarando la guerra a la contaminación y dando facilidades a peatones y ciclistas; que las zonas verdes -ya sean parques, jardines o arbolado de las calles- son uno de los indicadores más fiables de la calidad de vida. Sin embargo, lo bueno hay que hacerlo bien. Que una iniciativa sea positiva no quiere decir que pueda hacerse de cualquier manera; ni criticar su mala ejecución supone estar contra la idea.

En Sevilla la peatonalización se está haciendo mal, sobre todo sin prever alternativas que garanticen la accesibilidad a las zonas peatonalizadas. La carencia de aparcamientos en la periferia del centro y la chapucera, cara, insuficiente y visualmente contaminante solución del Metrocentro son ejemplos de improvisación. El carril bici está mal trazado y ha restringido los espacios peatonales. En algunos puntos se está rectificando, caso de la agradable barreduela creada en torno a La Pastora y de la buena idea de separar el carril de la acera con elementos vegetales; pero en otros se han creado situaciones tan surrealistas como la desaparición total de la acera (caso, justo al lado del mencionado acierto en La Pastora y las murallas de la Macarena, de la esquina de San Hermenegildo). Son los peatones, no los coches, los que se han visto más perjudicados por el carril bici.

En cuanto a los árboles, ¡qué quieren que les diga! El pasado jueves, una vez más, tuvo que intervenir Ecologistas en Acción para denunciar y frenar la tala de 66 árboles y arbustos como consecuencia, paradójicamente, del proyecto de restauración ambiental del margen izquierdo de la dársena del Guadalquivir y del Parque de San Jerónimo. Los ecologistas han denunciado con razón que "es escandaloso que un proyecto que saca fondos europeos de partidas destinadas a la restauración de ribera se dedique a eliminar buena parte del arbolado ensañándose con los ejemplares de mayor talla, ejemplares que se encuentran en un perfecto estado fitosanitario, y cuya única falta sería estar desubicados en relación a los movimientos de tierra que se han ideado para el proyecto, cuando lo razonable sería partir de la premisa de conservar lo que ya hay y a partir de ahí diseñar los movimientos de tierra". Insisto: lo bueno hay que hacerlo bien.

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