BREVIARIO

Alejandro V. Garcia

Hormonas fiscales

COMO uno de esos adolescentes pavisosos que maduran a golpes de experiencias traumáticas, Rodríguez Zapatero ha desarrollado de un tirón sus hormonas fiscales tras la derrota en las elecciones europeas. Apenas una semana después del tropiezo el Gobierno ha abandonado la fase del optimismo mágico (ingenuo) y ha abrazado la del realismo sucio. En cinco días mal contados Zapatero ha revisado al alza el tiempo necesario para la recuperación de la económica, estancado en el espejismo ilusorio de 2010; ha elevado la caída del PIB hasta el 3,6% (dos puntos por encima de lo anunciado) y ha autorizado la subida de los impuestos de la gasolina y el tabaco para reparar los rotos de una recesión cuyos efectos deletéreos ha tratado de disimular a lo largo de meses. De pronto, la realidad ha recobrado sus perfiles más afilados y el Gobierno ha aplicado una lógica más sucia, es decir, realista. Entre otras, caben dos explicaciones para aclarar el porqué de semejante cambio. La primera, porque una vez sufrido el correctivo de las urnas y sin necesidad ya de aparentar una bondad exagerada por motivos electorales Zapatero ha ordenado eliminar la primera capa de maquillaje y mostrar sin tapujos el lado fatalista. Y la segunda, ojalá me equivoque, porque ante el éxito del voto conservador el presidente se ha sentido tentado a dar un pasito a la derecha.

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