PRIMERO, de forma inmediata, se procedió a darle puerta al tipo que insultaba por la radio, a renglón seguido largaron a Manolo Momparlet y a una sobrina del innombrable, después dijeron que procedían a devolver el infamante busto a casa del modelo y lo más reciente es que han repuesto el nombre de Hugo Galera al lugar del que nunca debió salir. En fin, detalles para que todos creamos que Lopera ya no tenía nada que ver con el asunto, pero como no terminamos de picar en tan burdo anzuelo, los okupas deciden que ya no hay ofrenda al Gran Poder, como si el Señor fuese sospechoso de loperismo, las cosas que hay que ver...

Paralelamente se sigue abriendo la puerta a futbolistas de cierta categoría para que lleguen desechos del Getafe, de Osasuna y de tantos y tantos que no eran nada hace nada al lado del Real Betis Balompié. Además, futbolista que se va, deuda que condona, con lo que el avalista que garantizó los pagarés va quedando eximido de cargas. Y a la misma vez, que diría el innombrable en aquellos tiempos de fervorines aclamados, se les dan mil regates a los administradores que puso la juez y se dilata en el tiempo la celebración de esa Junta general a fin de que avalista tan nefando pierda lo menos posible, que para perder, lo que se dice perder, ya está el Betis.

Todos los días, el bético se desayuna con un sapo, o con dos, y el inminente comienzo de la Liga llega sin que haya un mínimo detalle para el optimismo. Menos mal que el nombre de Hugo Galera Davidson ya ha sido restituido en la fachada de ese estadio que iba a ser coronado por una cubierta proyectada en la NASA. Con eso se convence al personal de que el innombrable no está en la sentina de esta operación de acoso y me temo que de derribo de algo tan sagrado para muchos como es el Real Betis Balompié. Y, además, el equipo no va al Gran Poder en esta pretemporada. Como para creer que Lopera sigue moviendo hilos; qué mal pensados son algunos.