EL Íbex 35 cerró ayer la sesión en negativo, con un retroceso del 0,98% debido al lastre de IAG y Telefónica. El selectivo se quedó estancado por debajo de la cota de los 10.500 enteros (10.487,2) y se mantuvo en niveles de la semana pasada.

En el mercado de deuda, la prima de riesgo subió de 144 a 146 puntos básicos, con la rentabilidad del bono a diez años en el 2,922%, después de haber alcanzado mínimos históricos a lo largo de la jornada.

La evolución de IAG afectó negativamente a la evolución del Íbex, ya que cayó un 4,48% tras presentar un recorte del 70% en sus pérdidas. Le siguieron Arcelor (-3,77%), Bankinter (-3,06%), DIA (-2,79%) y Bankia (-2,77%).

Tampoco fue una buena jornada para Telefónica, que cedió un 2,57% después de anunciar un beneficio un 23% inferior al registrado en el primer trimestre de hace un año, hasta los 692 millones de euros.

La parte positiva de la jornada la aportó Gamesa, que despegó un 6,04%. La compañía publicó un beneficio neto de 17 millones en el primer trimestre, 2,4 veces más que hace un año. OHL (+1,72%), Viscofan (+0,69%), Enagás (+0,68%) y Repsol (+0,43%) se sumaron al signo positivo.

Los números rojos imperaron entre los grandes valores, especialmente en Telefónica (-2,57%) y Santander (-1,24%). Tampoco consiguieron mantener el tipo BBVA (-0,85%) e Iberdrola (-0,48%), frente a Inditex, que repuntó un 0,28%, y Repsol (+0,43%).

En este contexto, el Íbex se convirtió en la plaza que peor comportamiento registró a lo largo de la jornada en comparación con sus homólogas europeas: París cedió un 0,69%, Londres un 0,4% y Fráncfort un 0,24%. En el mercado de divisas, el euro se intercambió a 1,3762 dólares.

Los expertos creen que el Íbex buscará romper resistencias relevantes, la barrera de los 10.500 puntos, para "encender la mecha para un posible ataque a los máximos anuales".