LA mejoría experimentada por la renta variable española en el último tramo de la pasada semana fue una ilusión pasajera. Los números rojos volvieron ayer con fuerza a los mercados, que tuvieron que digerir un nuevo récord histórico del petróleo -en los 140 dólares-, los malos datos macro conocidos al otro lado del Atlántico y la confirmación de que la inflación en la Eurozona se ha disparado -alcanzó un histórico 3,7% en mayo-, lo que alimenta la posibilidad de una subida del precio del dinero en un cuarto de punto en la próxima reunión del Banco Central Europeo.

El Íbex 35, que el viernes acarició los 13.000 puntos, dio un nuevo paso atrás, cedió un 1,32% -el mayor recorte entre las plazas europeas- y terminó en 12.823,6 arrastrado por los grandes valores. Los números rojos impusieron su ley en los mercados del Viejo Continente, con caídas del 0,52% para el Dax de Fráncfort, del 0,14% para el FTSE-100 de Londres y del 0,52% para el Cac-40 parisino.

En el selectivo español, Sacyr Vallehermoso, el valor más castigado la pasada semana, fue el más alcista, con un avance del 4,47%, seguido de Gamesa (3,73%) y de Endesa, que mejoró un 1,84 el día en el que la CE dio el visto bueno a la OPA de Enel y Acciona sobre la eléctrica. Acciona no se quedó atrás y mejoró un 1,37%.

Entre los grandes valores, todo fueron caídas. La más modesta, la de Repsol, que recortó un 0,66%, una vez agotado el efecto del anuncio del nuevo yacimiento descubierto en Brasil. Iberdrola se dejó un 1,97%, y Telefónica, un 1,56. En el sector bancario, Santander perdió un 1,60, mientras que BBVA, recortó un 2,5. Los peor parados fueron los títulos del Popular, que purgaron los excesos de la semana pasada, con un recorte del 6,33%. La posibilidad de que un grupo inversor mexicano lance una OPA sobre la entidad se diluye y, con ella, el entusiasmo inversor. Iberia fue el segundo más castigado, con un 5,38% menos.