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PASA LA VIDA

Juan Luis Pavón

Ingrata con José María Cabeza

SEVILLA debe darle las gracias a José María Cabeza Méndez por su labor como director y conservador del Real Alcázar, ahora que ha hecho las maletas. Un cargo y un patronato del que sale de mala manera porque le ha tocado en suerte Antonio Rodríguez Galindo, socialista fracasado como delegado de Cultura, Educación o Bienestar Social, al que Monteseirín colocó de alcaide de dicho monumento. Poco tenía que hacer, estaba en buenas manos, las de Cabeza. Pero éste se ha hartado de coles por la política de personal y quienes deseaban moverle la silla (el Colegio de Arquitectos, por ejemplo) celebran su renuncia y le han hecho el vacío. Otros, en su lugar, se hubieran fortificado en palacio.

Nadie es perfecto, y sin duda hay aspectos de la etapa de Cabeza en el Alcázar que son mejorables. Pero sobran dedos de la mano para encontrar lugares en la ciudad cuya gestión tenga que ver con el Ayuntamiento y que funcionen mejor que el Alcázar. Un recinto en el que es obligado compaginar la afluencia turística, el acceso libre de los sevillanos, las exposiciones, conciertos y actuaciones teatrales, la frecuente utilización para actos y recepciones municipales, así como para eventos privados o agasajar convenciones importantes que tienen lugar en la ciudad. Y a todo eso súmenle su carácter de residencia de los Reyes cuando pernoctan en la ciudad, con lo que acarrea de medidas de seguridad.

Con todo eso encima, y sin frenar el flujo turístico, Cabeza (que tantos enclaves de la ciudad ha investigado) ha coordinado un formidable programa de restauraciones y, sobre todo, de trabajos arqueológicos, que han deparado hallazgos de suma importancia para entender la génesis y evolución del monumento y reescribir la historia de la Sevilla medieval.

Cabeza ha conservado bien el Alcázar y lo ha puesto en valor. En el Ayuntamiento han pasado de quererle para conservar también la Casa Consistorial a la indiferencia para que se queme y se vaya a casa. Ingrata ciudad con los suyos, una vez más.

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