Alo largo de la última semana, el PSOE ha celebrado los congresos provinciales en los que los delegados elegidos previamente en las agrupaciones locales votaron quiénes serán los 234 representantes andaluces que, en Sevilla, participarán en el 38º Congreso Federal para elegir al nuevo secretario general. El innegable peso de la delegación andaluza -tiene el mayor número de delegados- no se traducirá en una posición hegemónica. Todo lo contrario. En la mayoría de las provincias andaluzas se han vivido tensiones internas importantes, por más que en cuatro se presentara una sola lista. Y ello porque en Sevilla se logró una candidatura de consenso que deja, empero, a la organización partida en dos. Una fractura que se repite en Almería, Cádiz, Córdoba y Málaga. Así que el PSOE andaluz llega a la cita orgánica de la peor manera posible y en el momento más inoportuno: fuertemente dividido, sin liderazgo claro y a menos de dos meses de las elecciones autonómicas. Unos comicios que son trascendentales y no sólo en plano orgánico, en el que los socialistas se juegan la última gran institución que gobiernan junto al Gobierno vasco. Es que son unos comicios muy relevantes para la ciudadanía, que demanda soluciones a una situación económica asfixiante, con una tasa de paro inasumible que no provoca un estallido social sólo porque la solidaridad familiar lo evita. Los socialistas, en vez de estar centrados en proponer alternativas para salir de la crisis, están inmersos en batallas personalistas por el poder. Batallas que acaban de empezar y se mantendrán para la confección de las listas electorales del 25-M. También han evidenciado estos congresos que la pretendida neutralidad activa de la dirección regional es poco más que fachada: a los delegados afines a ésta se les identifica más como partidarios de la candidata Carme Chacón que de su rival, Alfredo Pérez Rubalcaba. Todo ello pone en entredicho que, como sostiene el presidente José Antonio Griñán, para Andalucía fuera vital que el congreso federal se celebrase a pocas semanas de las autonómicas.