Crónica Personal

¿Investigar? Depende

Se comprende ahora que los partidos de la oposición no quieran saber nada de la comisión del Senado

Hasta la saciedad se ha mencionado la doble vara de medir que impregna la vida política española. Para una misma actitud se pide paredón o absolución según la afiliación del protagonista, y se tacha de escándalo lo que hacen unos -generalmente, la derecha- mientras lo mismo se considera irrelevante si lo hacen otros (generalmente, la izquierda).

También hasta la saciedad se ha mencionado la inoperancia de las comisiones parlamentarias de investigación. No ha habido una sola que se pueda poner como ejemplo de trabajo bien hecho, con conclusiones reveladoras. Ni una. En todas ellas ha primado el oportunismo, el conchabeo a la hora de proponer comparecientes para que nadie pudiera salir perjudicado, o el interés en dar más relevancia a las filtraciones periodísticas, generalmente interesadas, que al trabajo de la Policía Judicial, que con frecuencia ha sufrido las interferencias de los políticos supuestamente investigadores.

El Congreso, unánimemente, exigió la creación de una investigación sobre la financiación del PP y sus presuntos casos de corrupción. El PP la aceptó al verse en minoría, pero exigió a su vez que la investigación se ampliara a la financiación de todos los partidos. Ahí no, ahí ya no. Ahí los partidos de la oposición se negaron porque lo que interesaba era poner en foco en el PP, no en los demás, y entonces el PP llevó la propuesta al Senado, donde se aceptó gracias a su mayoría absoluta.

Ayer se iniciaba el trabajo de la comisión, que no servirá de nada como ha ocurrido con todas, pero lo inconcebible ha sido la reacción de los partidos de la oposición: no piensan participar. No han acudido y se han negado a preguntar a los primeros tesoreros convocados. Quieren investigar al PP, pero que nadie hurgue en sus entrañas financieras.

El PP no ceja y ha interrogado al tesorero de Podemos, el primero en comparecer, y de momento se ha sabido que ese partido ha incurrido en ilegalidad con el crowfounding y con financiación finalista, y también que no es cierto que los senadores cobren un salario menor, de lo que presumen, sino que se incrementa con varios complementos. Es decir, de financiación del partido quizá no se pueda averiguar mucho, pero sí de cómo se las arreglan los podemitas para presumir de austeridad cuando resulta que, como el resto de los políticos, intentan que sus salarios sean lo más abultados que permite la ley. Se comprende ahora que los partidos de la oposición no quieran saber nada de la comisión del Senado. Quizá no salgan irregularidades o delitos financieros, pero sí sus miserias.

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