PASA LA VIDA

Juan Luis Pavón

José Luis Castro

LOS aficionados a la lírica que disfrutaron anteayer en el Nervión Plaza de la transmisión en directo de Las bodas de Fígaro que se representaba en el Teatro Real de Madrid, quizá no se percataron de un detalle en el elenco de esta producción mozartiana. La dirección de escena era de Emilio Sagi, quien durante años estuvo implicado primero en la dirección del Teatro de la Zarzuela y después en la del propio Real. Esa normalidad en la gestión artística, participando Sagi en la programación que otros deciden ocupando los puestos que él antes disponía, todavía no se ha producido en el Teatro de la Maestranza ni en el Teatro Lope de Vega. Desde que José Luis Castro fue relevado de la dirección del Maestranza, y ya han pasado cinco años, no se le ha tenido en cuenta como director de escena para ni un solo espectáculo en Sevilla. Ni siquiera para reponer El Barbero que montó con Carmen Laffón y otros personajes de la vida cultural de la ciudad.

Como escribo con independencia y no al dictado ni a instancia de parte, puedo subrayar lo anómala que es la gestión cultural cuando en una época Castro era la niña bonita y en otra está proscrito. Ni tanto ni tan calvo demanda el sentido común a salvo de las camarillas político-culturales. Después de poner en órbita durante ocho años el Teatro Lope de Vega y de hacerse cargo durante diez años del Maestranza, que estaba abandonado a su suerte por las autoridades hispalenses tras la Expo (y menos mal que Francisco Senra lo mantuvo abierto desde la Sinfónica), Castro sólo ha podido trabajar fuera de Sevilla. Destierro le llaman a eso.

Como me avala la hemeroteca para certificar los elogios y las críticas a Castro cuando dirigía dichos teatros, del mismo modo que a Remedios Navarro, Pedro Halffter y Antonio Álamo, y siendo positivo el balance de la gestión de todos ellos, fírmese ya la Paz del Arenal y acábese con la estéril Sevilla de las filias y las fobias.

Tags

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios