Si hubiera vivido en el siglo XIX hoy sería una figura histórica, alguien que realmente existió y dejó una obra que perdura en el tiempo, y a la vez una figura costumbrista: el caballero maestrante que alternaba los salones de la Real Maestranza -de la que fue Diputado de Música, Archivero y Fiscal- con la dedicación a la pintura en los estudios de las calles Santa Ana y Betis que compartió con Concha Ybarra y Ricardo Cadenas. Hermosos días de trabajos, tertulias de artistas y sesiones de dibujo con modelos. Su temprana muerte a los 52 años habría redondeado ese perfil romántico del pintor maestrante o del maestrante pintor de vocación secreta y obstinada, que se inició tardíamente y pintó durante años solo para él y sus amigos hasta darse a conocer cuando quedó finalista del Premio Focus en 1990 y lo ganó en 1991.

Ello le permitió establecerse en Nueva York entre 1990 y 1993 para proseguir su formación. De vuelta a Sevilla entró en la junta de gobierno de la Real Maestranza de Caballería iniciando la era de la cartelería que convirtió una de las instituciones más tradicionales de Sevilla en punta de lanza de la modernidad al crear las jornadas de Arte Contemporáneo, activar las publicaciones o encargar a partir de 1994 los carteles de la Feria de Abril a Luis Manuel Fernández. Joaquín Sáenz, Eduardo Arroyo, Félix de Cárdenas, Ricardo Cadenas, Fernando Botero, Guillermo Pérez Villalta, Larry Rivers, Juan Romero, Carmen Laffón, Francesco Clemente, Paco Reina, Alex Katz y Manolo Quejido, su último encargo que ya no pudo ver.

Tras cumplirse el pasado mes de octubre el décimo aniversario de su fallecimiento, y por iniciativa de su amigo Félix Gómez en cuya galería expuso en 1998 y 2002, hoy se inaugura una exposición -Con Juan Maestre. Trabajos de estudio- que evoca los trabajos, los días y las tertulias de los estudios de Santa Ana y Betis. Se exponen obras suyas y de sus compañeros y amigos -entre otros Concha Ybarra, Ricardo Cadenas, Mane Pérez Tapies, Juan José Fuentes o Claudio del Campo- y de quienes lo apreciaron -Joaquín Sáenz, Carmen Laffón, Guillermo Pérez Villalta, Juan Suarez, Manuel Salinas, Paco Reina, Manolo Cuervo o Javier Buzón-, más las de quienes como él -Atín Aya, Jaime Burguillos, Pepe Soto, Félix de Cárdenas- recitaron los versos que algún día recitaremos todos: "Ya, dulce amigo, huyo y me retiro… Rompí los lazos". Todos, menos los que anudaron la amistad y el arte en aquellos estudios.