GRACIAS al entusiasmo de jóvenes editoriales sevillanas, la Sevilla más doméstica está yendo a parar a las librerías. Una Sevilla mostrada desde los ojos enamorados de Guillermo Sánchez en La Levitación, ópera prima del querido compañero y otra que nos muestra otro colega que ha roto en narrador de leyendas y casos verídicos. Casos tan reales como cercanos los que nos desvela Joaquín Arbide en la de por sí muy alargada sombra como la que proyecta la figura del desaparecido Pepe Peregil. Y todas estas puestas de largo se hacen especialmente brillantes por la generosidad y sevillanía de esa Fundación Cruzcampo que tan bien maneja el sevillanísimo Julio Cuesta desde una generosidad maravillosamente bien entendida. La Levitación veía la luz anoche y la verdad es que la novela de Guillermo tiene muy buena pinta, como estoy seguro que tendrá la muy alargada Sombra de Peregil.