NO sólo hubo problemas en el capítulo artístico. También en el administrativo, aunque no fueran tan visibles. Unas horas antes de la ceremonia de inauguración de Fibes alguien preguntó, inocentemente, al edil de Urbanismo, Maximiliano Vílchez, si el edificio, que ese misma noche iba a llenarse con 3.500 personas, tenía concedida la correspondiente licencia de apertura. ¿Licencia, qué licencia? El concejal del que depende la Gerencia de Urbanismo requirió información inmediata al gerente de Emvisesa, que le dijo: "Nosotros hemos recepcionado el edificio y mandamos una solicitud". "¿A dónde?", preguntó. "Pues a Urbanismo".

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