Noche de cuchillos largos así que el balón empiece a rodar en La Rosaleda y, por supuesto, en el Camp Nou. Finaliza esta Liga y, como decía antier en este mismo rincón, las semejanzas con aquellas que acabaron en Tenerife son indiscutibles. Y el caballo de batalla ahora en esa batería hagiográfica que acompaña la vida de los grandes auténticos es desentrañar a ver quién es más madridista de los dos, si Valdano o Míchel.

A Míchel, que jamás negó que salió colchonero hasta que la profesión mató la vocación, lo proclaman madridista desde la cuna con el propósito de a ver si su equipo va a birlarle la Liga al Madrid. Cómo presionan desde esas trincheras para que la vida sea como ellos desean y no de otra manera. Lo cierto es que esta tarde, así que den las ocho en todos los relojes, se presenta un final de Liga en el que se presenta como claro favorito para el éxito la tropa de Zinedine Zidane.

Con un punto le basta y no creo que al Madrid vaya a pasarle lo que le ocurrió en el Heliodoro hace un cuarto de siglo dos años seguidos. Entonces estaba Valdano en el otro rincón y hoy estará Míchel y aunque ya se sabe que no hay peor cuña que la de la misma madera, en los corros de apuestas habrá premio gordo si es el Barça el que entona el alirón allá por las diez de la noche. Pero sí que puede haber frasco de las sales, ya que lo más probable es que la noche guarde algún sinvivir.

Prematuramente se le dice adiós a la Liga. Prematura y de forma incomprensible, pues el capricho de que sea la final de Champions lo que cierre la temporada en Europa no justifica un calendario tan constreñido y con tanto fútbol entre semana. Sin Mundial ni Eurocopa bien podría haberse alargado la Liga unas semanas. En fin, que donde hay patrón no tiene voz ni voto el marinero, la Liga acaba esta noche y todo indica que el bingo se cantará por Martiricos.