GALOPA el Real Madrid a golpe de resultados y se constriñe aún más la Liga, sobre todo cuando se observa que de la zona caliente a la continental se llega en un par de jornadas, o tres, qué más da. Salió, al fin, el Betis de esa zona que tanto molesta y lo hizo como, por ejemplo, observa el Real Madrid con fines, eso sí, muy distintos y que tan bien le va. Evitó la ducha de agua fría que luego no pudo evitar en el vestuario gracias a que Ricardo ejerció de portero milagro y a que Pavone empieza a justificar su fichaje, justo como en el equipo líder hacen un domingo sí y otro también Casillas y Van Nistelrooy.

Todo está muy peleado, las distancias en la clase media son imperceptibles según se mira la tabla y únicamente se destacan dos equipos, para lo bueno el Realísimo y para la catástrofe el Levante. Los demás, a acompañar. El Sevilla está a seis puntos del Continente, pero se está mostrando con una irregularidad desesperante, devolviendo en las visitas las orejas que con tanta brillantez corta a favor de querencia. Por supuesto que las ausencias se notan y están percutiendo en la línea de flotación del barco, pero, antes que las hubiese también se mostraba dubitativo lejos de Nervión, que se ha ido la primera vuelta y sólo volvió con los puntos del campo del Levante.

Con el vértigo de la competición acentuado por la nueva aparición de la Copa, el Sevilla tiene Barcelona hoy como ocasión de cauterizar por vía de urgencia las heridas sufridas en el frente de Bilbao el sábado por la noche. Es en ese tipo de partidos donde el Sevilla da su cara mejor, ha recuperado efectivos de mucha incidencia en el rendimiento del equipo y sabe a qué sabe ganar en el Camp Nou. La cuesta se empina y se pone más dificultosa con estas tachuelas tan altas, pero volviendo la vista atrás, nos topamos con una Liga que se está poniendo apasionante para todos menos para el Madrid y para el Levante, uno por una cosa y el otro por otra, pero los demás...