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DERBI Sánchez Martínez, árbitro del Betis-Sevilla

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Lilifor

DESDE que se grabara Retorno a Lilifor Joaquín Reyes nos ha regalado mejores y más actuales celebrities en El intermedio. Felipe VI, doña Letizia, Ana Pastor, Mariló Montero o Pablo Iglesias forman esa galería muchachante en el programa de Wyoming, donde la pericia guionista también se huele entre las frases y coletillas de Reyes. La presencia del líder enjuto en El Intermedio fue beneficiosa para ambos. Lo de su presencia en Anclados hay que tomárselo como uno de esos encargos alimenticios que siempre vienen bien para la cartera del individuo. Joaquín Reyes pierde vis con los lugares comunes del Vacaciones en el Mal de Telecinco y es una roma versión de los peores capítulos de Museo Coconut. A Reyes, como le pasa a toda la monarquía, o lo aceptas y lo quieres, o resulta difícil tragarlo. Es un alfarero de la parodia, un cómico que saca su materia de la nada. Es inventor de un estilo, promotor de la nueva retranca manchega, y profeta de los modos y andares de tantos youtubers con escasa gracia para los que nacimos en el siglo (milenio) pasado. Sí, soy de otra época.

Lo de Retorno a Lilifor ha sido para muchos (tal vez no tantos) espectadores con ganas de recordar las sensaciones de desternillarse secretamente con las reglas propias de la cuadrilla de Areces, Cimas, Sevilla y Julián. Aunque se estrene en este verano, para Neox rehicieron hace tres años lo mismo que ya habían modelado en La 2 y en Paramount, con cambio de marca y nuevas situaciones y arquetipos. El programa de sketches es reconocible a tantos otros (echamos de menos a los doblajes de Mundo viejuno) y, como le pasó a sus antecesores, ganará más con los visionados en píldoras. Los chanantes, lo más parecido a los Monty Python que hemos tenido por la Península, han regresado del pasado. Fieles a ellos, tal vez ahora menos escatológicos, no hay justificación para que Atresmedia los haya tenido en un congelador digno de un restaurante de Pesadilla en la cocina. Siguen siendo un programa destinado a las minorías tronchantes.

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