TIEMPO El tiempo en Sevilla pega un giro radical y vuelve a traer lluvias

La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

Loa a San Fernando

Hay que agradecer a San Fernando que nos permitiera volver a ser el sur de Europa en vez del norte de África

Cuando Fernando III entró en Sevilla el 23 de noviembre de 1248, poniendo fin a cinco siglos de dominación musulmana iniciada el verano del año 712, la reconquistaba, no la conquistaba. Porque la historia de la ciudad era más europea que norteafricana, más romana que islámica y más cristiana que musulmana. Frente a los cinco siglos de la Sevilla musulmana estaban -desde el 206 A.C.- los diez de la romana y visigótica, y los más de cinco de la cristiana, cuyos primeros testimonios datan del 200 (Tertuliano), el 257 (San Cipriano) y el 287 (Justa y Rufina), y cuyo mayor esplendor religioso y cultural se dio en el siglo VI de los obispos San Laureano, San Leandro y San Isidoro. Se reanudaba así una historia que, a partir del siglo XV, la convertiría en una de las ciudades más importantes, populosas, ricas y cultas de Occidente hasta que la peste de1649, el declive del Imperio Español y el traslado de la Casa de Contratación a Cádiz la convirtieron en la ciudad de provincias y provinciana que sigue siendo tras intentar en vano -sirvan las fechas simbólicas de 1929 y 1992- recuperar su perdida grandeza o, por decirlo con las palabras del emocionado reproche de Cernuda a José María Izquierdo en Ocnos, resucitar el espíritu de su espléndido pasado.

Al Fernando III que hoy se celebra como santo en la fecha de su muerte, el 30 de mayo de 1252, debemos el inicio del camino que nos deparó ese espléndido pasado al devolvernos a una Europa en la que por la Italia del Duecento empezaba a alborear el Renacimiento. La tontería de la morería -llamémosla así- ha intentado en vano ensombrecer la figura de Fernando III. Como ustedes podrán comprender por tontería de la morería no me refiero a los grandes arabistas de los siglos XIX y XX, desde el sevillano Pascual de Gayangos al granadino Antonio Almagro o mi admirado Emilio García Gómez. Me refiero a los babucheros del entorno del PSA, el PA o las JJAA, sobre todo durante la Transición. Tonterías dejadas hace tiempo atrás salvo por unos pocos mediolunáticos que, sobre todo en Granada, siguen montando un pollo cada vez que se conmemora la reconquista de la ciudad.

La verdad es que hoy es un buen día para agradecerle a San Fernando, a la vista de lo sucedido en Europa desde 1248 y sobre todo de la actual situación de todos los países árabes, que nos permitiera volver a ser el sur de Europa en vez del norte de África.

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