LOS espectadores que aún confían en La 2 pudieron entretenerse con Brain Games, serie que en su momento estrenó National Geographic, productora del programa, con el vivaracho Jason Silva proponiendo juegos visuales y aportando sus encendidas explicaciones a los pasatiempos. Era un proyecto tan sencillo como eficaz y ameno. Un espacio que interactúa con el espectador (gran valor en estos tiempos), que instruye y de paso se aproxima a la gente de la calle. Una traslación de El libro gordo de Petete en esta era de google donde llevar conocimiento a la pantalla es un logro.

TVE ha calcado el formato en todos sus aspectos con el rescate de un rostro querido, Antonio Lobato, voz del motor de aquellos años de gloria de Fernando Alonso y de la travesía de sinsabores durante los últimos años. El calvo se ganó el reconocimiento añadido cuando cambió Telecinco por La Sexta con educación y cortesía. Pese a los vaivenes deportivos y los personales, que también los ha tenido, Lobato siempre mantuvo el tipo y el buen humor. Se ha recorrido varias veces el planeta de circuito en circuito, con una constancia más allá de lo profesional. Sin las carreras en abierto se le abrió el mundo para dejar de una vez el micrófono de la Fórmula 1.

Brain Games se ha convertido en TVE en Desafía tu mente, un contenido que estira el horario entre El tiempo y el prime time para que La 1 arranque con disimulo su plato fuerte pasadas las diez y media. La naturalidad de Lobato va como un guante a la sencilla mecánica de un programa que no pretende fuegos de artificio, sino formar entreteniendo. Es idóneo para una cadena pública pese a que lidia con contenidos complicados de la competencia: los resúmenes de los realities de Telecinco, First Dates en Cuatro, El intermedio y El Hormiguero, en cuyas secciones de física recreativa hay cierta similitud con Brain Games. Desafía tu mente sería un gran espacio si se quisiera (o se pudiera) revalorizar La 2. En La 1 es un espacio digno en un canal que le viene algo grande y generalista para este formato.