Visto y oído

Antonio / Sempere

Madrugones

PUES sí, madrugué los domingos pasados. Difícil nos lo pusieron, pero no me privé del gustazo de seguir el concierto conmemorativo del XXV Aniversario de la Academia de Cine, que tuvo lugar en el Teatro Monumental de Madrid el 3 de junio y que La 2, no podía ser otra, recuperó en dos partes, los domingos a las ocho de la mañana. Qué complicado se hace escuchar música de cine, y buena música de cine, en nuestros auditorios. Si descontamos los conciertos que tienen lugar cada mes de julio en el Festival de Úbeda (y hay que tener valor para asistir a la ciudad jiennense en pleno julio) o algún programa ofrecido en el Auditorio Nacional, la música de cine en salas es un lujo que escasea.

El concierto de las bodas de plata de la Academia no tuvo desperdicio. Eva Gancedo, Ángel Illarramendi, Juan Bardem y Alberto Iglesias llenaron la primera parte. Pepe Nieto, Bernardo Bonezzi y Roque Baños la segunda. Los autores estaban presentes en la sala, aunque ninguno de ellos salió a dirigir en sus composiciones a la Orquesta Sinfónica de RTVE, cuya batuta corrió a cargo de Juan José García Caffi. Se veían huecos, destinados seguramente al protocolo. Porque la planta superior sí estaba a rebosar.

Como disfrutarían en vivo todos los presentes, empezando por el presidente, Enrique González Macho. La suite de Carmen de José Nieto, El amor perjudica seriamente la salud de Bonezzi, y los temas de Balada triste de trompeta de Baños, sonaron imponentes. Es música de cineastas, porque sus autores lo son, al contribuir con sus partituras a realzar la estructura narrativa y expresiva de las imágenes. Pero ante todo es música de músicos. Obras de maestros que merecían un horario mucho mejor. Aunque siempre nos quedará la red para recuperarlos.

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