PUEDE que su nombre y dos apellidos no les digan nada. Y que si oyen El Triana se les venga a la mente uno de los personajes más queridos en el arrabal y en el Rectorado, según se entra a mano izquierda, donde mora la cofradía universitaria de su amigo del alma: Juan Moya Sanabria. A este singular trianero le dieron el domingo un pequeño homenaje por su colaboración con la cofradía. Nadie como él prepara y custodia las viandas de costaleros y monaguillos cada Martes Santo. Es un libro abierto de vivencias y anécdotas. El Triana es único e insustituible.
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