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editorial

El Metro, nueva arma arrojadiza

EL proyecto del Metro de Sevilla, una infraestructura vital para la ciudad y su área metropolitana, que la capital de Andalucía estuvo esperando durante más de tres décadas, y que apenas ha comenzado a hacerse realidad hace algo más de dos años con la puesta en funcionamiento de la línea 1, es desde hace seis meses motivo frecuente de conflicto, hasta ahora en el ámbito retórico, entre la Junta de Andalucía (PSOE) y el Ayuntamiento (PP). La Administración regional, a la que competencialmente corresponde su licitación y construcción, ha presentado a principios de semana los proyectos constructivos de las líneas pendientes. La red integral de Metro, por tanto, ya cuenta con un diseño técnico cerrado. Cuatro años después de que se iniciase su redacción, sin embargo, las principales sombras que se ciernen sobre el proyecto son de índole financiera. Ni la Junta ni el Ayuntamiento han utilizado ese tiempo para abrir una negociación con otras instituciones que, aunque no cerrase cifras concretas, ya que cualquier acuerdo dependía del coste total de la red, al menos explorase cierto grado de compromiso con el metropolitano sevillano, algo obligado debido a la ley de 1975. Ahora, en vísperas de las elecciones autonómicas de marzo, y con una situación económica marcada por la reducción del déficit público y las inversiones, se reabre la cuestión con un notable cariz electoral. Por ambas partes: la Junta ha vinculado la licitación de la línea 3 (la primera que se construirá) a un acuerdo financiero con el Estado para que abone el 50% del coste: 589 millones de euros. Una cantidad superior a la que se pactó en su día, con el PSOE en el Gobierno, para la línea 1. El Ayuntamiento, por su parte, reclama que se construya la totalidad de la red, sin priorizar tramo alguno y obviando que el escenario presupuestario no lo permite. Ambas instituciones buscan así responsabilizar a la contraria del más que probable estancamiento de las obras. Una posición que no es de recibo. Es necesario acordar un pacto de colaboración entre ambas. El Metro de Sevilla no es un mero argumento electoral.

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