La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

'My Fair Anna'

¿Quién habrá sido el Henry Higgins capaz de convertir a esta E. Doolitlle antisistema en una señorita suiza?

My Fair Anna, libre adaptación butifárrica de la famosa comedia musical de Lerner & Loewe que Julie Andrews interpretó en Broadway y Audrey Hepburn en cine.

Acto I, mercado de la Boquería. En escena está la anticapitalista Anna Cup hurgando entre viejos restos ideológicos más pasados y hasta podridillos que las flores y verduras entre las que hurgaban Eliza Doolitlle y sus compañeras en la obra original. Viste sus ropas negras, camisetas con eslóganes, bildu-flekiyo, abalorios perforadores habituales, todo enriquecido por un calculado aire deseado que tal vez evoque, en un gesto de realismo, el poco amor por el agua, el jabón y el desodorante de los progres clásicos de los 60 y los 70. Aparecen en escena del miembros del Govern pertenecientes al PDeCAT y fieles a Puigdemont.

-PDeCAT primero: "¡Qué triste la ciudad está, me largo pa' Bruselas!".

-PDeCAT segundo: "Y la parienta quiere abrir su castillo en Waterloo".

-PDeCAT tercero: "Me ha aconsejado mi doctor la playa de Ostende".

Anna Cup los mira con asombro, duda, y al final canta: "Sólo quiero una habitación en Suiza, un abogado caro y un buen peluquero… ¡Esto es ser feliz! Mil bombones comer allí. A montones adhesiones pedir. Y las mejores tiendas de ropa pija recorrer. De cara, manos, pies arder de tanto refregarme con estropajo y jabón… ¡Esto es ser feliz! Sentirme tan cómoda, bien asesorada, limpia, elegante, pija, bien vestida y bien peinada, ¡esto es ser feliz! ¡Ser feliz! ¡Ser feliz!".

El trío del PDeCAT concluye junto a Ana Cup: "¡Esto sí que es ser feliz!". (FIN)

¿Quién habrá sido el Henry Higgins capaz de convertir a esta Eliza Doolitlle antisistema en una señora que puede frecuentar la mejor sociedad suiza, Urdangarín incluido? Y conste que por respeto he recurrido a una comparación nobilísima, una de mis películas favoritas. También podría haberlo recurrido a Cámbiame. Bromas aparte lo más interesante es la respuesta a estas preguntas: ¿Cuándo está disfrazada Anna Gabriel, cuando viste con uniforme antisistema o cuando lo hace de señora burguesa? ¿A quién quiere engañar, a sus colegas y a los catalanes más crédulos -como los desdichados vecinos de su pueblo que se han manifestado apoyándola- con su look antisistema o a los probos, prudentes y ahorradores suizos con su look de señorita pulcra y modosa? Muchos lo sabemos: a los dos. Pero otros, como sus convecinos, la creerán en su primer papel.

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