LLEGA Al Gore hoy al Teatro Central y parece que es el único protagonista del foro sobre el cambio climático. Se ningunea a los verdaderos expertos en ecosistemas, contaminación o energía. Sin ir más lejos, el hindú Rajendra Pachauri, presidente del Panel Internacional sobre el Cambio Climático, a quien le dieron el pasado año el Nobel de la Paz ex aequo con Gore. Gracias al trabajo de centenares de científicos coordinados por Pachauri se ha establecido un código de verdades sobre la gravedad del daño que los humanos le hacemos al planeta. Gore agita el cotarro político, pero la ciencia la ponen otros.

Es bueno que la franquicia Gore esté conectada con Sevilla, porque de hecho hay alianza entre él y Abengoa. Felipe Benjumea clausura hoy el foro por eso y porque el futuro de su compañía está en función de la producción de biocarburantes. Y tan bueno sería que el alcalde y el delegado de Urbanismo, además de codearse con Gore, también tengan tiempo para reunirse con todos los expertos que hay en Sevilla sobre medio ambiente y energía (muchos y buenos), les den la notoriedad que merecen, y les hagan caso a la hora de gestionar el presupuesto.

Del libro colectivo sobre Los sumideros naturales de CO2 y las estrategias para el cambio climático desde la perspectiva urbana y territorial, presentado el pasado martes y coordinado por los biólogos Enrique Figueroa y Susana Redondo, se extraen más lecciones para Sevilla y su área metropolitana que de la disertación de Gore. Abramos las puertas al saber universal. Pero no desperdiciemos el saber universal aportado desde Sevilla.