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Cuchillo sin filo

Francisco Correal

Nubosidad variable

EN un encuentro con Rocío Jurado le hice entrega de dos libros. El obsequio le hizo muchísima ilusión, sobre todo cuando le expliqué el motivo del regalo. Los tornadizos, de Antonio Cascales, y Nubosidad variable, de Carmen Martín Gaite, son dos novelas que tienen algo en común: en ambas aparecen sendas menciones a Rocío Jurado como referencia de la época en la que están situadas. Las canciones tienen en ese sentido una pervivencia que para sí quisieran las más importantes novelas. Junto a los olores, no hay vehículo más rápido de regresar al pasado, aunque cualquiera le dice a los comisarios de la memoria histórica que incluyan las tonadillas y los fandangos entre los elementos susceptibles de recuperación.

Los tornadizos es una espléndida novela fronteriza de Cascales, un profesional de la publicidad, artífice de algunas de las más importantes campañas electorales de la Transición, que dedicó una trilogía a ese cruce de caminos de las culturas. Una frontera que sigue tan viva como las canciones, los olores y las buenas novelas, como demuestra el hecho de que el gentilicio popular de los nacidos en La Puebla de Cazalla, la patria de José Menese y de los Moreno Galván, sigue siendo el de moriscos.

Nubosidad variable es una de las últimas novelas de Carmen Martín Gaite. Rocío Jurado no es la única referencia andaluza de la novela, que viaja desde el epicentro madrileño de la trama a Puerto Real y al Hotel Atlántico. Conservo un ejemplar de la novela de Martín Gaite Retahílas. La compré en septiembre de 1979, como acredita la fecha que escribí a mano. Estaba haciendo el servicio militar y un día de imaginaria bajé a la cabina de teléfono del cuartel para concertar una entrevista con Carmen Martín Gaite, que había publicado una novela titulada El cuarto de atrás. Acababa de fallecer su madre y me pidió que la llamara dos semanas más tarde. Estuve en su casa, me mostró el cuarto de atrás que daba título al libro, un laboratorio doméstico en el que fabulaba como Verne o Salgari.

Retahílas y El cuarto de atrás son los dos primeros títulos de la Biblioteca Carmen Martín Gaite que ha creado Ediciones Siruela. Dos novelas de una escritora que tradujo Madame Bovary, Flaubert c'est moi, podría haber dicho, y que nos muestran una manera personalísima de contar y recontar. A Carmen Martín Gaite le decían Carmiña sus compañeros de las aulas de Salamanca y de las tabernas de Madrid, sus dos Universidades. Se casó con Rafael Sánchez Ferlosio y salió nadando del Jarama. Perteneció a una generación de escritoras de una pieza en la que también estaban Josefina Aldecoa o Ana María Matute. Rocío Jurado podría haber versionado perfectamente alguno de los libros de Martín Gaite, porque se leen como esas canciones. Magnífica noticia esta Biblioteca que me lleva del cuartel a su cuarto de atrás.

La escritora murió en 2000, el mismo año que Pilar, mi suegra, que adoraba a Rocío Jurado. La memoria trenza uniones más sólidas que las generaciones.

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