AL igual que en nuestra adolescencia The Beatles, los fab four de Liverpool, generó el fenómeno sociológico planetario de la Beatlemanía, ahora el inesperado triunfo de Obama, primer presidente negro en la historia de Estados Unidos, desata entre sociólogos, politólogos, periodistas y políticos profesionales la fiebre de la Obamanía, cuyo síntoma más evidente es el estudio pormenorizado de la fórmula de su éxito para imitarla. En esta emulación se inscribe el reciente cursillo que impartieron al semigrupo municipal socialista de signo crítico (el otro semigrupo socialista, el oficialista, ni estuvo ni se le esperaba) asesores del presidente electo norteamericano. Los ya discípulos sevillanos de Obama cuentan tras el cursillo que el secreto del nuevo inquilino de la Casa Blanca consistió en realizar un análisis exhaustivo de todas las bases de datos a su alcance para identificar los nichos potenciales de votantes y luego concentrar toda su artillería política sobre ellos para, una vez captados, crear redes de simpatizantes cohesionadas a través de Internet.Veámoslo con un ejemplo para entenderlo mejor. Elector que vive en un estado republicano de EEUU y que además posee licencia de armas. El equipo de Obama no pierde ni un solo segundo en él: lo ven como un votante seguro de Bush. Elector que vive en un estado republicano y que lee The New York Times, periódico que anunció su apoyo a Obama. Los asesores lo identifican como un votante potencial y lo halagan de todas las formas posibles: lo visitan en su casa, lo invitan a reuniones y mítines (todos los asistentes han de dejar un e-mail y móvil de contacto), lo tienen informado al minuto para que se sienta importante y miembro de la comunidad Obama... El votante así cortejado se va integrando cada vez más en la red social del candidato demócrata y salta de forma natural a la red social en Internet (My Space, Facebook), donde se hace proselitismo en pro de Obama y se recaban donativos dólar a dólar hasta allegar millones y millones. En el origen de todo está la aplicación de un viejo principio de la publicidad: segmentar la audiencia para conocer más el perfil de tu potencial consumidor. Nihil novi sub sole (Nada nuevo bajo el sol)

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