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EL mejor deportista sevillano del 2011 es Manuel Olmedo. Su formidable progresión en la muy exigente prueba de 1.500 metros, con el título nacional, el europeo en pista cubierta y su brillante cuarta plaza de anteayer en el Mundial, constituye un balance admirable. Ya quisiéramos tener en muchos ámbitos profesionales a sevillanos que fueran el primer europeo y el cuarto del mundo. Olmedo sobresale más por el calamitoso retroceso del atletismo español. Sin pretenderlo, nuestro mediofondista se ha convertido en el representante de los males de la patria. Dentro y fuera de las pistas, nos estamos retrotrayendo (y hundiendo) a los tiempos de Mariano Haro y el aldeanismo.

El atletismo, con toda su gama de modalidades, es el que marca el nivel medio deportivo de un país. Cuando el hito consistía en que Haro fuera cuarto en los Juegos de Munich'72, los españolitos apenas teníamos otro deporte en televisión que no fuera el fútbol (nacional). La modernización del país con el empuje de la democracia y la gran operación estratégica de organizar unos Juegos Olímpicos en 1992 aceleraron los procesos de cambios y competitividad. La difusión de todo tipo de deportes a través de la televisión (pública) y la entrada de muchas y grandes empresas como patrocinadores y anunciantes fueron tan importantes como lo que se entrenaba en las canchas. Tanta fue la calidad que alcanzó Televisión Española retransmitiendo grandes competiciones en directo que fueron reclamados los servicios de sus mejores técnicos en la materia para realizar eventos deportivos de primer nivel mundial en los que España no era la organizadora.

Ahora hacemos el camino a la inversa, de la cima a la sima. Tenemos una TDT de 60 canales en abierto para todos los hogares y ni uno ha emitido el Mundial de Atletismo en Daegu. TVE ofrece un canal deportivo de 24 horas y ni siquiera ha optado, en tiempos de recortes, por montar un programa resumen en diferido. Totalmente a la deriva su función de servicio público, se comporta como una comercializadora privada imponiendo hasta en la sopa el Mundial de motociclismo, sensacional competición que van a acabar convirtiendo en aborrecible por dedicarle tanto espacio a la fuerza. Los pocos internautas avezados que no contratan canales de pago, cual fieles en las catacumbas, se han buscado la vida para ver el atletismo gratis en su ordenador mediante webs como www. firstrowsports.eu, derrotando la cutrez de los operadores españoles de televisión.

Olmedo se queda casi a solas en un atletismo español con menos dopaje, y el atletismo desaparece de la televisión en abierto, el menú audiovisual de la mayor parte de las familias. Dos descarrilamientos en paralelo. El relevo a la generación de oro del deporte español brilla por su ausencia. En Londres 2012 será más evidente. Para entonces, en nuestra diezmada economía, asfixiada por el dopaje de las deudas, cada euro del monedero valdrá su peso en oro.

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