TIEMPO El tiempo en Sevilla pega un giro radical y vuelve a traer lluvias

PASA LA VIDA

Juan Luis Pavón

Ordenadores andantes

LA incertidumbre económica pone de moda conjeturar cómo será el futuro. Incluso sin invertir en el mercado financiero de futuros. Les recomiendo las conclusiones, que ahora se publicitan, del encuentro internacional que Microsoft promovió en Sevilla en marzo del pasado año para analizar cómo evolucionará la relación entre las personas y los ordenadores cuando éstos se hagan presentes hasta en la sopa. Ya no seremos un hombre a una nariz pegado sino una suma de sensores y transmisores a un cuerpo pegado.

El informe sobre el Ser Humano en el 2020, recabado por Bill Gates, mitad mercader mitad filántropo, indica que la impronta de la tecnología será tal que se difuminará la frontera física entre las personas y los ordenadores, entre los sistemas biológicos y los informáticos. En la ciencia-ficción, los personajes insólitos y fascinantes serán los prehistóricos a esa fase de la civilización humana. Aquéllos que no son un bípedo on line con implantes y microchips para ser detectado, computado y facturado a cada momento.

Viviremos con asombro la maravilla de la detección de enfermedades a partir de la carga genética; vestiremos ropas que hacen diagnósticos de salud; nos comunicaremos de inmediato con cualquier habitante del planeta desde cualquier lugar y manejaremos con la voz todo tipo de objetos que incorporan inteligencia y robótica. Pero tendremos que resolver dilemas morales de hondo calado porque la tecnodependencia elimina la separación entre lo privado y lo público, entre el tiempo laboral y el de asueto. Será posible tenernos siempre vigilados desde la mayor de las discreciones, y archivar cualquier cosa que hagamos o dejemos de hacer, por muy intrascendente que sea el desliz.

Los analistas reunidos en Sevilla coincidieron en que las tecnologías computacionales no son neutrales y alteran los valores sociales y culturales. No sólo habrá que refundar la democracia, sino hasta los lazos afectivos, familiares y amistosos.

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