TANTO ha cambiado la dinámica política en Andalucía que el PSOE ya no esgrime personajes que aglutinen el voto de los gitanos, y es ahora el PP quien juega a esos guiños. Uno de tantos ejemplos cuya compilación explica la dimensión sociológica del incremento de votos para el PP, en paralelo a la decadencia del PSOE. La contratación del padre de Mari Luz desde el Ayuntamiento de Sevilla, para atender a los sectores de población en riesgo de exclusión social, es una jugada con carambola. Zoido y Arenas le están agradecidos a Juan José Cortés por su apoyo, y a cambio el pastor de almas le abre al partido las puertas de las comunidades gitana y/o evangélica. Todo ello sin estridencias que asusten a los votantes más tradicionales e irreductibles del PP. Los que no irían a un encuentro con personas de dichos grupos ni aunque Zoido les pagara el taxi. Ignoran que en Sevilla hay ya 36 sedes evangélicas de culto que compiten con las parroquias católicas. 36 comunidades de posibles votantes...

De las derrotas es de donde más se aprende. El PP ha perdido muchas elecciones andaluzas, tiempo tuvo de cavilar cómo ensanchar su base electoral. Hace 20 años, ni se les hubiera pasado por la cabeza convertir a una persona como Juan José Cortés en reclamo partidista, en embajador para los barrios que están en el filo de la navaja. Ahora lo hacen, y presumen de ello.

Harina de otro costal es el criterio para seleccionar a Cortés como asesor contra la exclusión social. En Sevilla hay muchos profesionales de excelente nivel y abundante experiencia en esa materia, ya sea en Polígono Sur, Torreblanca, Los Pajaritos, Polígono Norte, El Cerezo, etcétera. Los hay educadores, médicos, trabajadores sociales, abogados... Pueden asesorar mejor que él. En lo único que Cortés sobresale es en el enorme carisma que tiene, como comprobó Zoido en varios barrios cuando buscaba votos para ser alcalde, y quedaba en segundao plano porque la gente se arremolinaba con Cortés, hasta para tocarlo como si fuera mano de santo.