EL fútbol es una materia viva y quedarse sentado a ver correr las aguas del río acaba rotulando las peñas con nombres de gente desfasada, con respeto ganado y desde ese respeto viéndose por encima de todo mientras se demuestra que el reloj hace tiempo se les quedó parado en un fútbol de hace 20, 15 ó 10 años.

La realidad es bien distinta y, si bien se han incorporado avances que ayudan al entrenador, tanto informáticos -los gráficos de posesión que mencionó Jiménez-, videográficos, como médicos, nutricionales, al servicio de una preparación física con profesionales más capacitados y al tanto de las últimas innovaciones… ese fútbol caduco nos ha dejado costumbres que parecen leyes por lo que cuestan que, por lo menos, evolucionen.

Un club debe estar vivo y si la costumbre dice que un equipo de fútbol debe tener un técnico, un segundo o ayudante, un preparador físico y un entrenador de porteros, el cuerpo técnico del Sevilla no hay quien ponga en duda que lo que está pidiendo a gritos es alguien que adiestre a sus centrales, un profesional que machaque conceptos, marcas y movimientos con futbolistas que, como los porteros, demandan una preparación específica. Viendo a los colegios de entrenadores y a la AFE vomitar cada año decenas y decenas de técnicos y futbolistas retirados, no estaría mal abrir el mercado así. Unos necesitarán mejorar su remate, otros el desborde... En el Sevilla ya está Paco Leal, pero hace falta alguien que si no puede ayudar en el campo lo haga dando lecciones. Y creo que todos estamos pensando en el mismo.