LOS espectadores le han dicho ya a los directivos de Cuatro, por activa y por mucha pasiva, que no quieren más talent shows que Fama y Operación Triunfo. Este miércoles dice adiós entre la indiferencia La batalla de los coros, una batalla que no ha llegado ni a escaramuza tal como le pasó al Viva mi coro de Canal Sur, con aquellos grupos de bandoleras y de hogares del pensionista que empujaban a cambiar de botón al mando. Ni Circus, ni Factor X, ni Tienes talento, ni Tú sí que vales. Estamos hartos de anónimos que quieren cumplir su sueño a costa de convertirlo en pesadilla para los demás.

También la gente, a su manera, está vociferando a Telecinco que abandone el amarillismo hueco que ha acuñado durante años en su programación. Que no insista en su suerte. La última revisión de Está pasando, de la que ya nos hicimos cargo por estas líneas, es uno de los hitos de este declive. La hasta hace poco cadena hegemónica está obligada a volver sobre sus pasos y a la hora de la sobremesa debería de aportar algo que nadie espera a esa hora (una táctica como la que siguió Cuatro con Fama). Por ejemplo, un suplemento del informativo, una revista de actualidad parecida a las de la franja del desayuno. Un programa que huyera de verdad del revisteo y detallara esas historias que se cuentan deprisa, entre promociones musicales y cinematográficas, en los telediarios. Sería también una forma de desarmar a la competencia de Sé lo que hicisteis. Para tener al final un 10 por ciento de share, es mejor lucirlo con un programa con ambición de calidad que el desaguisado de Está pasando. Quede la sugerencia. Por consejos peores en Telecinco han pagado millonadas a cualquier productora que les ha movido el rabito.